Un domingo de mal genio

La verdad es que le día de ayer fue un día como para no recordarlo en un buen tiempo. Primero que nada,tuve un almuerzo muy pesado de empanadas y arroz con carne que aún me pesa. Luego,mientras leía divertidamente el algoritmo de Dijkstra, disfrutaba de cómo Fernando González derrotaba a Andy Roddick.Sin embargo, al ver el robo cometido por esa juez de línea, mi disfrute se convirtió en un maldito calvario y deje de leer divertidamente ese algoritmo (que no lo entiendo mucho, por si acaso) y, para colmo de males, mi equipo (U. de Chile), perdió antes esos pobres diablos de Colo-Colo, lo cual fue un golpe para mi buen genio, ya que por poco mando a la punta del cerro a todo el mundo.
Como pueden apreciar, un domigo malo lo puede tener cualquiera, pero siempre hay que tener fé de que siempre puede haber algo mejor o peor. Ahora,si las cosas siguen así, hay que empezar a preocuparse.